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miércoles, 11 de marzo de 2015

Owner hooks, NO ESCAPE

Titulo esta entrada con el eslogan de esta fantástica marca de anzuelos, entre otras cosas.

Rindo este merecido tributo porque cada día me sorprenden más, no solo porque siempre halla sido mi preferida, que lo es, sino porque a pesar de tener que mover cielo y tierra para encontrarlos, ya que  en Granada hasta hace poco no los había, he sido fiel a ella ya casi 6 años por la gran confianza que me transmiten, y solo cuando no los encontraba o se me acababan me veía obligado  a comprar otras marcas.

En esta ocasión la captura que os narro  a continuación fue cobrada de una forma muy peculiar.

Pasada la primera mitad de la temporada invernal he dedicado apenas 3 jornadas en busca de la reina invernal, las cuales me han deparado un par de buenas capturas, alguna que otra suelta y  algún otro bolo, el cual ha sido menos doloroso de lo habitual ya que la compañía era inmejorable y el pesquero nuevo para mí en estas condiciones.




Entraba un temporal de poniente, que en aguas onubenses es sinónimo de muy mala mar, viento muy fuerte de costado, mucho arrastre lateral, que unido a una marea de coeficiente alto hacen muy difícil anclar los plomos en la orilla.

No son las mejores condiciones para salir, ya que con este viento han sido más los bolos que las alegrías, pero cuando se ha dado algo siempre ha sido bueno.

Cañas preparadas, cebadas generosamente con pulpo y sepia, y en esta ocasión probando una nueva línea de pesca, la cual tenía la impresión que debía ir muy muy bien para estos menesteres. 

No es otra que el Wiffis Flexor, en 0.55,  un hilo muy dúctil, sin memoria, de muy buena caída  algo de elasticidad,  y muy resistente a la abrasión, probado por compañeros con muy buenos resultados tanto para los bajos como para empatillar.





Tras necesitar 3 lances para clavar las cañas, por fin lo conseguí justo oscureciendo, lo punteros amortiguaban el embite de las olas, y mi única preocupación ahora debía ser que los plomos aguantaran y los coales no se liaran. Tras media hora reviso aparejos y todo correcto, nada de roamen y ni un enrredo, la cosa prometía.


Subía la marea, y el viento era cada vez más molesto, las olas batían con fuerza y se estaba haciendo un gran escalón en la orilla con el traqueteo de las olas, esto es algo peligroso cuando tenemos que cobrar una captura, ya que no es la primera vez que cuando la pieza llega ahí no podemos subirla y alguna ola nos la puede arrancar fácilmente.

Recibo una llamada y con el insoportable viento no consigo oir nada, decido irme al coche que estaba a unos 100 metros y me meto dentro para poder hablar, en plena conversación observo un movimiento raro en una de las cañas, le doy a las largas y veo una caña destensada y volcada para atrás, no le di más importancia, pensé que se habían soltado las grapas y seguí hablando. Tras unos minutos cuelgo y voy a revisar las cañas, veo que la caña está en banda y el hilo paralelo a la orilla.

Comienzo a recoger y no podía, me costaba mucho, por lo que decido recorrer la orilla recogiendo hilo, pensando que algo de basura me había sacado el aparejo, tras andar unas decenas de metros observo a lo lejos algo grande y plateado, enterrado de mitad del cuerpo hacia la cola, debatiéndose por liberarse, no lo podía creer, salí corriendo y cuando llegúe una gran lubina había sido escupida por las olas prendida de mi anzuelo por el filo del labio.

No lo podía creer, el animal tiró con fuerza ya que sacó bastante hilo del carrete, y cuando se quedó sin fuerzas empezó a tirar en paralelo a la orilla a favor de la corriente, y poco a poco las olas fueron echándola para afuera. Pudo soltarse en cualquier momento, en cualquier carrera o destensada, pero el 5180 cumplió su cometido y el pez no consiguió zafarse de este magnífico anzuelo, sin duda para mí, el más polivalente de todo el catálogo de Owner que no es pequeño precisamente, jeje.


Muchas son las veces que la mala suerte nos arranca un pez en los últimos metros, o vemos como tras una gran picada el pez no se clava, en este caso la suerte quiso que pudiera cobrar una gran captura de una forma un tanto peculiar.

De esta jornada aparte del buen sabor de boca por la captura, reafirmo mi plena confianza, una vez más,  en el que para mí es el mejor anzuelo con el que he pescado (5180), por otro lado confirmo al Wiffis Flexor como una seria alternativa cuando la cosa se pone fea de enrredos, a un precio bastante contenido, por lo que seguiré usándolo cuando el día lo requiera.

Pero sobre todo me llevo una buena anécdota y un buen chascarrillo para contar cuando nos juntamos los compis a contar  mentirijillas en cualquier tertulia que se tercie. Lástima no haber podido grabar el momento y sobre todo la cara de bobo que se me tubo que quedar jejejejej.