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lunes, 16 de noviembre de 2015

Dentex Veraniego

Verano atípico para mí,  tras 4 años sin poder  cazar en verano este año me he desquitado con algunas salidas en media veda junto a los amigos de siempre.

Así las jornadas para la pesca han quedado resumidas en muy pocas y contadas ocasiones, más que nada para echar el día con amigos, ya que estas fechas a mi son las que menos me gustan para estar en la playa, debido  al excesivo calor  y la aglomeración de gente de día, y a los mosquitos y la falta de capturas de talla por la noche.

Con todo esto siempre hay alguna playa retirada o algún roqueo donde poder aprovechar las horas más frescas de la mañana.
En esta ocasión fuimos a calar algo de cebo a ver si se mostraba activo algún depredador veraniego como chovas y palometones.

La mañana transcurría sin pena ni gloria, muy poca o ninguna actividad,  coger incluso cebo se antojaba complicado, así que pensando ya en recoger decidimos movernos un poco del sitio  para ver si teníamos algo de actividad.   Fue justo empezando a mover los bártulos cuando a lo lejos y de espaldas escuché la chicharra del carrete sonando a tope, vi la caña totalmente arqueada y sacando línea de una forma brutal.  Mi compañero Antonio se percató igual que yo y cogió  la caña primero al estar mucho más cerca que yo y lo clavó con decisión, no había duda estaba bien clavado.
Cuando llegué me cedió la caña y empezó el combate, los primeros amorrones hacían presagiar que no era mala pieza, pero su comportamiento era distinto al de un pelágico, en un momento y ante la resistencia que oponía pensamos que se trataba de algún tipo de raya o chucho  grande, ya que hasta en dos ocasiones  hizo el amago de encuevarse o aplastarse, pero tras forzarlo un poco y poner al límite el fluorocarbono Wiffis del 0.62 conseguí darle la vuelta y sacarlo de donde se hubiera escondido.
Tras una bonita lucha vimos asomar este precioso dentón, mi segundo dentón y mayor que el anterior, el cual no esperábamos ni por la fecha ni por el pesquero, pero demuestran que son voraces al máximo. 

Esta pesca me engancha cada vez más ya que las sorpresas que se lleva uno son muy gratificantes y se aprende a diario.

En este caso el montaje usado fue línea trenzada Wiffis Infinity del 0.30mm, bajo de línea Wiffis Flexor del  0.70 y para la gameta como ya he comentado Fluorocarbono Invisible Wiffis del 0.62 anudado a dos triples Owner ST-66 del número 1.  Sin lugar a dudas para este tipo de pesca se necesitan materiales a prueba de bombas, y tanto  Owner  como  Wiffis me responden al máximo, tanto a mí como a cada vez mayor número de pescadores.

Sin más me despido hasta la próxima, espero que con más y mayores capturas , un saludo.







jueves, 23 de julio de 2015

La primavera la sangre altera.

Tiempo de estabilidad atmosférica, días en los que el agua parece una balsa de aceite, superficie calma, más propia de aguas interiores, pero algo a lo lejos  zigzaguea en la superficie ,perturbando el silencio y la monotonía del lugar. 

En efecto como muchos habéis pensado se trata de un señuelo de superficie, en este caso un paseante.

En esta época en la que los grandes róbalos han desovado ya vuelven a entrar en actividad con los calores de la primavera, aunque son especies más invernales, se activan bastante en estos meses previos al estío, el motivo, según mi parecer es la entrada de los cardúmenes de peces pasto, boquerones, pejereyes, caballas y demás delicatessen que enloquecen a las lubinas, también las lisas se solean mucho en esta época, por lo que lanzar entre ellas y animar el señuelo suele dar buenas picadas. Así las entradas de los puertos y escolleras serán lugares idóneos para intentar hacernos con alguna buena lubina.

En esta ocasión salí no muy temprano, serían las 8 cuando ya el sol calentaba el gran azul, cuando me puse a dar cañazos. Había muy poca actividad , apenas alguna alacha saltaba de vez en cuando cebándose de alevines.

Las gaviotas me tenían nervioso, no paraban de abalanzarse sobre el señuelo teniendo que dar grandes tirones para evitar que lo agarrasen, en ocasiones eran varias las que se disputaban el señuelo.

 En uno de los lances nada más caer el señuelo una gaviota se tiró a por él, le dí un fuerte tirón sacando el señuelo del agua y en cuanto tocó la superficie una preciosa picada bastante lejos me pilló por sorpresa, era un róbalo muy bonito, que me ofreció una digna lucha en superficie.

Esta modalidad tiene algo que la hace especial, y es que ver como atacan los peces es algo realmente emocionante.

Tras la foto de rigor unos cuantos lances más y para casa, la actividad era nula y el trabajo estaba echo, con éste buen róbalo me dí por más que satisfecho y me fui a casa con buen sabor de boca.









martes, 19 de mayo de 2015

Una de Bocinegros.




Hola amigos, en esta ocasión os relato una corta pero divertida e intensa jornada en aguas gaditanas.

Este año por motivos de trabajo tengo que visitar diferentes costas andaluzas, y esta vez le tocó el turno a la maravillosa provincia de Cádiz, lugar que desde tiempo me tiene enamorado y que no puedo visitarlo tanto como me gustaría.

Aproveché que tenía que ir el lunes para pasar la semana recorriendo la geografía gaditana para irme el viernes con mi novia, y pasar el fin de semana disfrutando ya del buen tiempo que está haciendo, visitar algunos rinconcitos que les tenía echado el ojo, y claro,, de paso salir unas horas a probar algún prototipo de caña que está  construcción para ir puliendo algunos detalles.

Pues nada la jornada sería muy corta de 6.30 a  10.30, por lo que un par de cajas de gusanos, en este caso catalán y alguna tita y cangrejos por si entraba el roamen serían más que suficientes.

Como el tiempo era propicio, planifiqué la breve jornada en busca de algún espárido, dorada o herrera principalmente, pescando con hilos finos y así probar todo el potencial de la caña, tanto en lances largos como en corto.

Aunque eran las dos especies a buscar, por la zona que es y por otros compañeros no me extrañó nada el resultado que al final me deparó el azar.

Monté muy pronto, aún de noche y estaba solo en la playa, así que  en unos pocos minutos los gusanos estaban en el agua, decidí montar un fluorocarbono 100% de Wiffis en  0.27 de gameta y un anzuelo Owner chinu con ojal del número 1, ya que  ante la proximidad de la piedra  me dio miedo empatar más fino. En el carrete decidí montar un 0.20 mm y un 0.16 mm para probar dos distancias, ambos del wiffis X-Bond, un hilo del que me está sorprendiendo muchísimo su resistencia a la abrasión y al nudo.

Wiffis invisible , Owner serie 50355, Plomo potugués 130 gr.

Ya clareando los gusanos volaron al agua con la peor de las intenciones jeje.

No pasaron ni 5 minutos cuando se produjo la primera destensada en la caña, marcando perfectamente la picada, tras coger la caña venía un pez, al acercarlo al rebalaje supuse que era un sargo de tamaño mediano, debido a los típicos cabezazos de esta especie, cuando tocó arena vi que mi instinto no me falló y así cobraba un bonito sargo de unos 600 gr, el cual tras desanzuelarlo se fue por donde vino, ya que no era el invitado que esperaba, jeje,


A los pocos minutos asomó un compañero de fatigas y amigo, Lolo que curiosamente coincidimos sin  haber hablado y que rápido montó a mi derecha.

Mientras él montaba y yo desayunaba,  una picada preciosa arqueó lentamente la caña hacia adelante, pero con fuerza, `pensé rápidamente en la primera dorada de la temporada, y según la picada, aunque no sería un monstruo, supuse una bonita zapatilla al otro lado de la línea.

Tras los primeros cabezazos fue viniendo a la orilla , y me extrañó mucho que no me pegara un par de buenas carreras, tras pasar la línea donde termina la espuma de las olas pude comprobar que era un precioso bocinegro o vieja como les dicen a estos peces por la zona.




Ahora sí me cuadraba, la picada de este pez es desproporcionada a su tamaño, un pez como este de unos 750 gr me arqueó la caña como si una animal de bastante más peso fuese.

Como dije al principio , aunque estaba a otra cosa, no me extrañó para nada la presencia de este pez, ya que tanto Lolo como otro compañero habían sacado alguno por la zona. 

Tras la foto y el desanzuelado se fue por el mismo camino del sargo a seguir creciendo.


Pasaron un par de horas más sin picadas, el cebo salía intacto, poca actividad,a pesar de que el agua estaba en su punto, de un color precioso y movida. La caña había sido probada, tanto lanzando como con algún pez, nada mejor para extraer conclusiones y percibir sensaciones.

Un último cebado y me iría a recoger a mi mujer ¡¡ Lolooo échale un ojo a las cañas que voy al "cuarto de bañooooo"!!!!

-Vale tio guarro , siempre estás igual que pareces un mirlo, jejejejeje

No me había agachado detrás de un lentisco cuando Lolo me pega una voz.......¡¡¡ Killóoooooooooo la cañaaaaaaaa. !!!  Máldita sea, otra vez, que oportunos jeje

Salí corriendo y Lolo ya tenía la caña en la mano, menuda picada te han dado socio, es muy muy bueno me dijo, no se como no te han partido si te has dejado el freno apretado, puede que sea hasta un chucho, menuda picada. Ya me puso endemoniado, jeje tome la caña y unos buenos cabezazos sacaban hilo del carrete, buahh que buen pez...peroooooooooo  ¿¿ y si no es una dorada???? y si es otro parguete???' Jum jum  pues nada cuando llegó a la orilla éste si que me pegó un par de buenos arreones, pero ya me esperaba lo que iba a salir, otro Bocinegro, pero esta vez ya muy guapetón.



Tras la foto de rigor se lo regalo a Lolo, para que lo disfrute con su mujer e hijo.ya que si no llega a coger la caña seguramente me hubiera roto la línea del 0.16, que se portó como una campeona ante el error de dejar el freno apretado.

La cosa se puso bonita, pero había prometido a mi novia que llegaría pronto para ir a dar un paseo, así que sin más recogí los chismes ya que la caña estaba probada y el ratito de pesca había sido ameno.

Sin más me despido de vosotros hasta la próxima, no sin antes dedicarle la captura a Francisco José Flores (Chico) el cuál me puso en aviso de la posible presencia de ellos y no se equivocó el muy perro viejo jeje.

Espero verte pronto con alguno de los tuyos en las manos.





lunes, 13 de abril de 2015

¿Spinning? 5 buenas razones para disfrutar.

Todo empezó como cualquier día de  pesca , con una paradita  para tomar un café con el que espabilarme. En esta ocasión la jornada de pesca iría dirigida a buscar la lubina a spinning, ya que el agua no se había movido todo lo que a mí me gusta. Había escuchado rumores de que estaban entrando algunas caballas, y si el rumor era cierto había que intentarlo, ya que si había caballas, podía haber "caballos".

 Nada más llegar monté la caña de spinning con un Gekito jig de 30 gramos para intentar ganar algunos metros de lance por el fuerte viento que soplaba, el cual me dificultaba la pesca con otro tipo de señuelos.
Gekito Jig 30 gr, potera Owner ST-46 , pulpito Prohunter 2.5"
Pasaban los minutos dando cañazos y no obtenía mucho resultado, habría que esperar a que empezara a caer la tarde para ver como la gente de mi alrededor empezaba a sacar algunas bailas de pequeño tamaño con los pepones, un rudimentario señuelo compuesto de una cabeza plomada y un pequeño tubo de silicona hueco por dentro, muy arraigado en la costa onubense.

Tras unos minutos sin suerte y mientras caía el jig le metieron mano, no llegó al suelo, pero después de unos buenos tirones cortó el hilo (posiblemente una chova de pequeño tamaño).

Cambio de bajo y  decido meter un vinilo a ver si consigo engañar algún róbalo A los pocos minutos  el primer pez quedó prendido del anzuelo, dando una preciosa pelea teniendo que levantarlo a pulso por las piedras. Tras ver que había bajo el agua lo que andaba buscando, me sitúo en una piedra más cercana al agua y empiezo a machacar con varios tipos de vinilos, sin duda los señuelos que más pescado me están dando. 

La actividad fue frenética durante una media hora, en la que las picadas de róbalos y bailas se sucedían, soltando todas las bailas y muchos robalitos que eran cortos de talla, pero de vez en cuando alguno bueno se colaba y así, uno tras otro pude cuajar  una buena percha de róbalos. 

Fueron en total una quincena de piezas, de las cuales solo las 5 mejores fueron para casa. En estos días de tanta actividad es importante disfrutar con cabeza, y no dejarnos llevar por el afán de llenar el saco como algunas veces he visto, incluso con peces de poca talla.





La pesca es así, a veces los buscas con esfuerzo y no das con ellos, y otras veces se te meten bajo los pies y te ofrecen una jornada difícil de olvidar con innumerables picadas. 

Sin duda disfruté de una jornada para el recuerdo, y como la suerte es del que la busca y no del que la encuentra,  me despido deseando poder de nuevo estar pronto al pié del cañón para ver que me depara la próxima salida. Un saludo a tod@s.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Owner hooks, NO ESCAPE

Titulo esta entrada con el eslogan de esta fantástica marca de anzuelos, entre otras cosas.

Rindo este merecido tributo porque cada día me sorprenden más, no solo porque siempre halla sido mi preferida, que lo es, sino porque a pesar de tener que mover cielo y tierra para encontrarlos, ya que  en Granada hasta hace poco no los había, he sido fiel a ella ya casi 6 años por la gran confianza que me transmiten, y solo cuando no los encontraba o se me acababan me veía obligado  a comprar otras marcas.

En esta ocasión la captura que os narro  a continuación fue cobrada de una forma muy peculiar.

Pasada la primera mitad de la temporada invernal he dedicado apenas 3 jornadas en busca de la reina invernal, las cuales me han deparado un par de buenas capturas, alguna que otra suelta y  algún otro bolo, el cual ha sido menos doloroso de lo habitual ya que la compañía era inmejorable y el pesquero nuevo para mí en estas condiciones.




Entraba un temporal de poniente, que en aguas onubenses es sinónimo de muy mala mar, viento muy fuerte de costado, mucho arrastre lateral, que unido a una marea de coeficiente alto hacen muy difícil anclar los plomos en la orilla.

No son las mejores condiciones para salir, ya que con este viento han sido más los bolos que las alegrías, pero cuando se ha dado algo siempre ha sido bueno.

Cañas preparadas, cebadas generosamente con pulpo y sepia, y en esta ocasión probando una nueva línea de pesca, la cual tenía la impresión que debía ir muy muy bien para estos menesteres. 

No es otra que el Wiffis Flexor, en 0.55,  un hilo muy dúctil, sin memoria, de muy buena caída  algo de elasticidad,  y muy resistente a la abrasión, probado por compañeros con muy buenos resultados tanto para los bajos como para empatillar.





Tras necesitar 3 lances para clavar las cañas, por fin lo conseguí justo oscureciendo, lo punteros amortiguaban el embite de las olas, y mi única preocupación ahora debía ser que los plomos aguantaran y los coales no se liaran. Tras media hora reviso aparejos y todo correcto, nada de roamen y ni un enrredo, la cosa prometía.


Subía la marea, y el viento era cada vez más molesto, las olas batían con fuerza y se estaba haciendo un gran escalón en la orilla con el traqueteo de las olas, esto es algo peligroso cuando tenemos que cobrar una captura, ya que no es la primera vez que cuando la pieza llega ahí no podemos subirla y alguna ola nos la puede arrancar fácilmente.

Recibo una llamada y con el insoportable viento no consigo oir nada, decido irme al coche que estaba a unos 100 metros y me meto dentro para poder hablar, en plena conversación observo un movimiento raro en una de las cañas, le doy a las largas y veo una caña destensada y volcada para atrás, no le di más importancia, pensé que se habían soltado las grapas y seguí hablando. Tras unos minutos cuelgo y voy a revisar las cañas, veo que la caña está en banda y el hilo paralelo a la orilla.

Comienzo a recoger y no podía, me costaba mucho, por lo que decido recorrer la orilla recogiendo hilo, pensando que algo de basura me había sacado el aparejo, tras andar unas decenas de metros observo a lo lejos algo grande y plateado, enterrado de mitad del cuerpo hacia la cola, debatiéndose por liberarse, no lo podía creer, salí corriendo y cuando llegúe una gran lubina había sido escupida por las olas prendida de mi anzuelo por el filo del labio.

No lo podía creer, el animal tiró con fuerza ya que sacó bastante hilo del carrete, y cuando se quedó sin fuerzas empezó a tirar en paralelo a la orilla a favor de la corriente, y poco a poco las olas fueron echándola para afuera. Pudo soltarse en cualquier momento, en cualquier carrera o destensada, pero el 5180 cumplió su cometido y el pez no consiguió zafarse de este magnífico anzuelo, sin duda para mí, el más polivalente de todo el catálogo de Owner que no es pequeño precisamente, jeje.


Muchas son las veces que la mala suerte nos arranca un pez en los últimos metros, o vemos como tras una gran picada el pez no se clava, en este caso la suerte quiso que pudiera cobrar una gran captura de una forma un tanto peculiar.

De esta jornada aparte del buen sabor de boca por la captura, reafirmo mi plena confianza, una vez más,  en el que para mí es el mejor anzuelo con el que he pescado (5180), por otro lado confirmo al Wiffis Flexor como una seria alternativa cuando la cosa se pone fea de enrredos, a un precio bastante contenido, por lo que seguiré usándolo cuando el día lo requiera.

Pero sobre todo me llevo una buena anécdota y un buen chascarrillo para contar cuando nos juntamos los compis a contar  mentirijillas en cualquier tertulia que se tercie. Lástima no haber podido grabar el momento y sobre todo la cara de bobo que se me tubo que quedar jejejejej.








martes, 24 de febrero de 2015

Mi primer Dentex

Como ya expuse en la anterior entrada, esta temporada me propuse tomar contacto con el surfkayac, para conocer desde dentro los entresijos de esta modalidad.

Cada día he aprendido cosas nuevas, lo que se debe hacer y lo que no, aunque puede parecer algo muy simple os aseguro que no lo és, al menos para mí.  Todo empieza con la adaptación del material de pesca, cualquier caña de surfcasting convencional de acción algo dura nos valdría, bobinas de gran capacidad en el caso de usar nylon o algo menos profundas si se usa trenzado. En cuanto a los montajes para anzuelar el cebo, eran muy parecidos a los que yo usaba para la pesa de la lubina con cebo vivo, eso sí, un poco sobredimensionado, pasando de anzuelos 4/0 a los 6/0, de triples del nº4 a triples del nº1 y de una patilla del 0.40 a otra del 0.52-0.62.



OWNER 5180 SSW
OWNER 5169 AKI TWIST








OWNER 5111 CUT SSW



OWNER STX-58 TAFF WIRE



OWNER ST-66TN












Si algo me han repetido los dos Antonios, sobre todo el que se apellida como el poeta, es que no ay que escatimar en calidades, sobre todo en líneas de pesca y anzuelos, siendo éstos creo la parte más importante de todo el conjunto. Anzuelos robustos, generosos en tamaño, muerte y sumamente afilados serán nuestros mejores aliados a la hora de asegurar las picadas, pues como he podido comprobar son bastantes más los que se pierden que los se sacan.


Tras pasar el otoño y parte del invierno fuera por estudios y trabajo, regresé a casa como el turrón, por Navidad, con un mono de pesca y sobre todo de caza que no me aguantaba a mí mismo, ya que este año por decisión propia he dejado de lado la caza para ocuparme de otros asuntos, por suerte para la fauna de las sierras granadinas.

 Entre polvorón y polvorón,  Antonio sabiendo las ganas  que tenía de coger un dentón me propuso una salida para tentarlos. Después de saber los resultados que había tenido semanas anteriores, y decirme que la cosa no pintaba mal recogí el guante que me arrojó con gusto y organizamos la salida.  Estaba nervioso, quería tenerlo todo listo, bobinas, hilos, bajos, aparejos, en fin todo, e ir preparado para que no tuvieran que esperarme mucho y meter los cebos en cuanto despuntara  el día y no perderme la hora buena.

Se acercaba el día  las noticias no podían ser mejores, a Machado y a mí se nos unían Cordobilla  y Ángel. La cosa pintaba bien y la compañía iba a ser inmejorable. 

Había que ir a pescar, pero antes había que coger el cebo. Alguna vez Antonio me había dicho que si era difícil el hacerse con un buen dentón, más difícil aún era el coger un buen cebo, y es que a veces no es fácil dar con el cebo que queremos y en el tamaño que queremos.

Dicho y echo, 100 km para intentar coger el cebo ("esto no está pagao") la tarde de antes.  Algún calamardo, alguna sepia, algún pulpo o algún pez vivo era nuestro objetivo. La tarea no era fácil , ya que había que coger el cebo para 4 pescadores (esta vez nos tocó a Antonio y a mí).

La suerte estuvo de nuestro lado y en apenas 3 horas teníamos una  nevera con suficiente cebo vivo, tocaba dar la noticia a los compañeros de que cebo había, otra cosa es que aguantara vivo hasta el día siguiente. Tocaba desandar los 100 km con los oxigenadores a todo trapo y dejarlos descansar hasta la madrugada.

Suena el despertador, las 3:45 y lo primero hablar con Antonio para ver si el cebo seguía vivo, tras confirmarlo lo recojo y cargamos todo, alguna baja se había producido en la nevera, por lo que decidimos coger algo de cebo congelado por si las moscas.

Parada en el 24 h donde nos espera Cordobilla, tras ese café que sabe a rayos bebido de 1 sorbo como si fuera tequila, pasamos a recoger a Ángel, ya solo quedaba carretera y manta.

LLegada al pesquero y despliegue de medios, con las cañas montadas y todo preparado, metemos los cebos para adentro con la ayuda del kayak, las sensaciónes son buenas, el agua me gusta, el pedregal me encanta y sobre todo no oigo a Cordobilla ni Antonio diciéndome que no me tuerza tanto (ya va uno remando medio bien). En cuanto lo veo oportuno suelto los cebos y para tierra.
Bonita instantánea que consiguió captar Antonio.

La mañana transcurrió muy tranquila, hacía un día de mangas cortas y la compañía era inmejorable, a pesar de la poca actividad de los peces la mañana se me pasó volando.

Ángel  intentaba sacar algún vivo con su caña de pulso, Machado y yo  andábamos empatillando algunos triples y Cordobilla.... bueno, Cordobilla rabiando como siempre jejeje.





Si bien no estaba siendo una jornada muy fructífera, si estaba siendo bastante enriquecedora, pues cuando se juntan a debatir 4 pescadores siempre sale algo positivo. Llegó la hora de comer y como no podía ser de otra forma , los peces sienten la misteriosa necesidad de comer en el mismo momento que el pescador, a la misma vez que yo le metía  el diente a un bocata, un pez hizo lo propio con el cebo, dando una bonita picada doblando la caña poco a poco, no cabía duda,, la picada era constante y el pez estaba clavado.

Llego a la caña y estaba sacando hilo, recuerdo los consejos que me habían dado y manos a la obra, tras una buena clavada, el pez sintió mi presencia y buscó refugio con unos cabezazos dignos de un gran pez, poniendo al límite la resistencia del hilo. Había que bombear con fuerza, había que ser rápido para evitar que se encuevara, pero con estos peces no siempre es posible salvar los cientos de cuevas, rajas, algares o aristas que se encuentra por el camino. 


Hasta 3 veces se encuevó, le pelea me estaba resultando más complicada de lo que me pensaba. Con un poco de suerte y algo de paciencia conseguí sacarlo de su última fortaleza,  cerca de la orilla y ya con pocos obstáculos por delante pude poner en seco a un hermoso dentón.


Sin duda vendió muy cara su dentadura. Para ser el primero no estaba nada mal, había visto los bonitos colores de este pez en fotos, pero en vivo era aún mucho más bonito. Con la alegría que tenía encima solo quedaba celebrarlo con los compañeros y aguantar sus bromas,


Si bien sacar un pez de estos siempre se recuerda, mi primer dentón siempre será especial, ya que he tenido la suerte de poder compartir este bonito momento con 3 magníficos pescadores y  3 buenos amigos, a los cuales les quiero dedicar esta captura. Mención especial  a Machado, ya que sin sus consejos y sobre todo sin su constancia seguramente hubiera tardado mucho más tiempo en tachar al dentex de mi lista de especies.

Ángel Miranda, Antonio Machado,  Antonio Cordobilla y un servidor
Sin duda la experiencia con el kayak ha sido buena y gratificante, ya que abre ante el pescador un gran abanico de especies impensables para el pescador de orilla, o al menos muy poco probables.
No solo la distancia es la ventaja de este método, para mí lo más importante es que puedes alejar de la orilla un cebo muy voluminoso y soltarlo en perfecto estado. De no ser así, nunca podría lanzarse un cebo de estas características y mucho menos aún que llegara al agua medianamente en buen estado,  aunque fuese solo a  unas pocas decenas de metros.

Seguramente volveré a practicarla, en cuanto pueda o tenga ocasión, sobre todo para buscar especies mucho menos comunes y raras desde costa, mientras tanto seguiremos intentando engañar alguna sardinilla siempre que e pueda.

Espero os  halla gustado, un saludo y hasta la próxima.













domingo, 1 de febrero de 2015

EN BUSCA DE NUEVAS EMOCIONES...

Uno siempre siente curiosidad ante nuevas modalidades de pesca, bien por cambiar de aires, compañeros de pesca, ó simplemente  por sentir otro tipo de sensaciones y experiencias, que al fin y al cabo, son las que nos hacen enriquecernos y crecer como pescadores.

Hace dos años comencé con el spinning y me enganchó, después pasé por los rios de Sierra Nevada a buscar las esquivas y escasas truchas comunes de la mano de mi primo Álvaro y me fascinó.

Esta temporada pasada me propuse entre otras cosas practicar una modalidad en auge en los últimos años, no es otra que la del calado de cebo, o como lo han bautizado recientemente el surfkayak.

Modalidad polémica en algunos círculos puristas del surfcasting tradicional por catalogarla algunos de poco deportiva. Yo mismo cuando comenzaron las primeras fotos, los primeros vídeos de la gente que la practicaba, me preguntaba muchas cosas,  ¿Como lo harían, con que finalidad? Y he de reconocer que veía este tipo de pesca un poco alejado de lo que a mí me gustaba realmente.

Lejos de criticar gratuitamente a nada ni a nadie, como me da la impresión que está haciendo últimamente mucha gente, creo que más por desconocimiento que por convicción, o simplemente porque le ha tocado compartir pesquero con algún pescador inexperto en la técnica del calado de cebo, que ha terminado molestando a los demás pescadores, o muy posiblemente porque le halla tocado ver como su cubo estaba vacío mientras que en el de los "listillos" del kayak rebosaban unas buenas colas de peces. !!Ojo el Kayak no garantiza el pescado¡¡

Decidí este verano pasado salir y probar este tipo de pesca, y con quien mejor descubrir sus pros y sus contras que con dos de los mejores pescadores que hay ahora mismo en esta modalidad.

Me consta , pues llevo varios años hablando con ellos y siguiendo su evolución en esta modalidad, que  casi todo lo que saben lo han aprendido a base de bolos, pruebas, aciertos, fracasos y mucho mucho esfuerzo, ya que no había mucho escrito en ninguna revista, foro o web como pasa en otras modalidades.

No son otros que Antonio García (MACHADO) y Antonio (CORDOBILLA).


Junto a ellos tuve la suerte de poder compartir este verano un par de jornadas, ambas con resultados muy dispares.
Si bien la primera fué una de las jornadas más agotadoras de mi vida, fué también de las más divertidas. Varias Doradas de muy buen tamaño, dos sargos reales, varias sueltas de sargos y alguna dorada, y un  gran palometón fueron el resultado de esta jornada difícil de repetir. Si bien ese día lo que más me impactó no fué lo que salió, sino lo que perdí.






Tras calar una tira de  choco me senté a esperar mirando con poca fé la caña. Cuando menos me lo esperé Machado me avisa que la caña va a salir volando, al mirar vi la caña arqueada hasta el infinito sacando pelo con el carrete bastante apretado, la tomé en la mano y no podía sacarla del pincho, tube que arrancar todo el pincho de la arena para poder cogerla, a los pocos segundos el hilo rozó en una piedra y reventó. Buff menudo torpedo, menuda picada, la cosa prometía.


Con los nervios a flor de piel y para masticar lo que había vivido me puse ha hacer un poco de spinnig, consiguiendo capturar una palometa de un tamaño bastante bueno para el vivo, no me lo pensé dos veces, anzuelos al lomo,  y a remar. 

La dejé a unos 200 m, cuando regresaba veo que Antonio coge mi caña y empieza ha hacerme gestos, no lo podía creer, no llevaba la caña ni un minuto en el agua y ya había picado un nuevo pez, tras hacerme Antonio los primeros metros salí del agua y tomé la caña, no sabíamos muy bien lo que era, ya que al ser un montaje corredizo.....por fin llegó el plomo a la grapa, tras recoger bastantes metros de hilo, y fué cuando dijo aquí estoy yo. 


Menudas carreras, embestidas a apenas unas decenas de metros, tras ir cansando al pez lo fuí acercando y en repetidas ocasiones lo vimos, se trataba de un palometón, al menos tan bueno como el de Antonio, o quizás algo mayor, era ver la orilla y se metía 50 o 60 metros para adentro sin poder frenarlo. En una de las arrancadas partió la línea, el motivo, a saber, nudo mal echo, línea en mal estado rozada por la pelea anterior.., total algo falló y me privó de tan ansiado pez, pero al menos los disfruté un buen rato y pudimos verle la cara varias veces.



Ese día a pesar de habérmelo pasado muy muy bien, y poder compartirlo con estos dos amigos y mi padre que nos acompañaba, no pude pegar ojo pensando en la forma que la caña se dobló con esas dos bestias, y es que tantos metros de hilo entre el pez y nosotros sorteando toda clase de sitios donde poder perder un pez se hacen molto longos, jeje. Ya había sacado grandes peces a surfcasting y spinning, pero fué algo distinto, senti que no era yo el que tenía todo el control de la       situación, ya que había muchos factores que no podía controlar.





En la segunda jornada ansiábamos repetir un día como el anterior, pero nada más lejos de la realidad, todo el día transcurrió sin picada hasta que cuando todos estábamos recogiendo una caña se destensó y Antonio sacó una pequeña dorada de apenas 1.5 kg , la cual se tragó un titón enorme con un 6/0 , dió una pelea en el rebalaje digna atípica para una dorada de ese tamaño. Aunque se sacó esa pieza, la sensación fué de bolo absoluto.





Total en dos días tomé una de cal y una de arena, pues no es tan fácil como algunos se creen, eso de meter el cebo y sacar pescado, si hablamos de pescado de porte, claro está, y eso que iba con dos expertos en este estilo de pesca. Cuanta ignorancia emanan algunas críticas nada constructivas de  hacia esta modalidad,  de gente que nunca la ha probado.




El verano pasó y el deber manda, así que dejamos un poco apartada esta modalidad para seguir con el surfcasting, esperando ansiosamente un nuevo contacto con ella para seguir aprendiendo y sacar mis propias conclusiones, que al fin y al cabo son las que me valen para juzgar algo.

En las próximas entradas y cuando el tiempo lo permita narraré lo sucedido hace poco en un nuevo asalto en busca de nuevos peces, y esta vez, a la tercera si fué la vencida...MI PRIMER DENTEX

Un saludo a todos.









viernes, 9 de enero de 2015

Calentando motores en buena compañía.



Buenas a todos amig@s por diversos motivos estoy teniendo muy poco tiempo para ir a pescar, muy pocas  salidas en los tres últimos meses, y como el tiempo manda no siempre está el agua como nos gustaría, si bien las últimas jornadas han sido y seguirán siendo dedicadas  a la búsqueda de la reina de la espuma, la reina del surfcasting invernal y las noches frías, que como la mayoría sabéis me refiero a la lubina, róbalo o llobarro.






Este principio de temporada invernal  ha estado marcado por la aparición de las algas en cuanto se movía un poco el agua, así que ha sido difícil arrancar algún pez.  Por otro lado apenas un par de temporales, muy pocos para estas fechas, y muy poco frío, por lo que la temperatura del agua no está en su punto aún.


Por mi parte la cosa ha estado regular, consiguiendo solo algún robalete mediano, y algunos de poca talla  que se fueron por donde vinieron, salpicados de alguna baila de buen tamaño y algún que otro sargo, que aunque han sabido a poco, han maquillado algún que otro bolo jeje.










Pero si bien yo no he tenido el tino necesario para hacerme con un buen tarugo, en esta ocasión han sido mis compañeros de pesca los que acertaron de lleno.


En una de las salidas más complicadas que recuerde debido a  la corriente y sobre todo las algas, mi compañero y amigo Manuel Aljama (Lolo para los que tenemos el privilegio de llamarle amigo) se colgó este pedazo de robalo, con el que abría la lata de los tarugos invernales, y que fué justa recompensa a la cabezonería no solo de Lolo, sino también de Jesús y un servidor que aguantamos estoicamente lo laboriosa que estuvo el agua.









 En estos días así, solo un buen puntero, y sobre todo un buen fluorocarbono, atado a un buen anzuelo cebado generosamente serán los únicos garantes de que nuestros cebos estén pescando cuando pasa el pez por nuestro puesto.




En  otra salida de las pocas que hemos echo, el turno fué de Sergio Gallego, un buen amigo y  consumado pescador  a spinning que ya sabe lo que es sacar tarugos con cañitas de juguete, y que este año le ha picado el gusanillo del surfcasting (pobre de él).

 Ante este nuevo reto que se planteaba he intentado ayudarle en todo lo que he podido y lo mejor que he sabido, tal como él hizo en su día conmigo cuando fuí yo, el que acudió a él y a su hermano Jose Manuel, en busca de consejos sobre la pesca con señuelos.



Como no puede ser de otra forma puse todo mi empeño para que todo saliera bien, y aunque aún le falta limar algunas cosillas y afianzar algunas cosas aprendidas solo le costó jornada y media el hacerse con un hermoso robalote, tras una bonita pelea en dos cuartas de agua, que sin lugar a dudas tardará en olvidar. Para maquillar el resultado nos hicimos con otro par de robaletes, que pusieron la guinda a otra jornada más de pesca.






Sin más que contaros me despido de todos vosotr@s hasta la próxima.